Hay hechos o circunstancias que a veces las familias deciden callar, ya sea por proteger, por vergüenza o por miedo. Pero, aunque intenten esconderlos, estos eventos se deslizan de alguna manera hacia las futuras generaciones.

Muchos de nuestros antepasados han vivido hechos traumáticos que se han callado y congelado como si jamás hubieran sucedido. Incluso hay quienes hubieran querido vivir una vida completamente distinta a la que vivieron, dejando en la memoria del árbol dichos deseos de realización personal que siguen siendo secretos.

Sin embargo, ¿qué pasa con esos secretos guardados en una generación? Se considera que son un manantial insano de traumas y conflictos para las sucesivas generaciones.

Si pensamos en el secreto como un grano que con el paso del tiempo se va llenando más y más de pus, podremos comprender la importancia de airearlos si son del presente o sanarlos si son del pasado.

¿Los conflictos también pueden afectarnos en forma de enfermedades?

Alejandro Jodorowsky dice que la enfermedad no es la solución del problema, sino una invitación a enfrentar un conflicto familiar que se ha mantenido secreto.

Es más, existen estudios que relacionan los conflictos emocionales no resueltos con el desarrollo de enfermedades físicas en las personas.

Anne Ancelin Schützenberger explica que los duelos no hechos, las lágrimas no derramadas, los secretos de familia, las identificaciones inconscientes y las “lealtades familiares invisibles” pasean sobre los hijos y los descendientes.

Lo que no se expresa con palabras se expresa por dolores

Es por eso que el proceso de liberación emocional y verbalización de los secretos se convierte en una tarea crucial para lograr una salud emocional y física óptima.

Claudine Vegh tiene claro que vale más saber una verdad, aun cuando sea difícil, vergonzosa o trágica, que ocultarla. Porque aquello que se calla, es subordinado o adivinado por los demás y ese secreto, se convierte en un traumatismo más grave a largo plazo.

Así mismo, Alejandro Jodorowsky propone una solución artística:

“Hay que entender que todos nosotros, desde niños, caemos en una olla psicológica, cuyos jugos nos empapan. Es como la marmita en la que Obélix cayó de niño.

Cada familia es una olla psicológica. Con sus amores, perdones, secretos, tabúes, silencios, vergüenzas, traumas, mentiras, negaciones, creencias, juicios… Y todo ello nos impregna.“

Los secretos y conflictos emocionales no resueltos en la familia pueden convertirse en un peso para las futuras generaciones. Airear o sanar esos secretos y buscar la verdad, incluso cuando sea difícil de aceptar, es fundamental para lograr una salud emocional y física óptima.

Por otro lado, también es importante tener en cuenta que los secretos y traumas no solo afectan a la salud mental, sino que también pueden tener un impacto en la salud física de las personas.

De hecho, diversos estudios han demostrado que el estrés y la ansiedad causados por la carga emocional de los secretos y traumas pueden provocar enfermedades como la hipertensión, enfermedades cardíacas, enfermedades autoinmunitarias y trastornos gastrointestinales, entre otros.

Entonces, ¿Qué podemos hacer para liberarnos de los secretos y traumas que nos afectan? En primer lugar, es importante tomar conciencia de que estos existen y aceptarlos como parte de nuestra historia y de nuestra familia.

Una vez que tomamos conciencia de ello, podemos empezar a trabajar en liberarnos de ellos.

Cómo tomar consciencia

Para hacer esto, podemos buscar ayuda profesional, ya sea a través de terapia o de otros métodos que nos ayuden a procesar nuestros traumas y secretos. También podemos intentar hablar abiertamente con nuestra familia y amigos cercanos, siempre y cuando estemos seguros de que esto no nos causará más daño o conflicto.

Otra herramienta que puede ser útil es la escritura. Escribir sobre nuestros traumas y secretos puede ser una forma efectiva de liberar las emociones y pensamientos que hemos mantenido ocultos. Además, podemos utilizar la escritura para reflexionar sobre nuestras experiencias y emociones, lo que nos puede ayudar a comprender mejor nuestros sentimientos y a tomar decisiones más saludables para nosotros mismos.

En definitiva, es importante recordar que los secretos y traumas que hemos heredado de nuestras familias no nos definen como personas. Podemos liberarnos de ellos y sanar nuestras heridas emocionales, pero para hacerlo es necesario aceptar su existencia y buscar ayuda si se requiere.

Si te identificas con esta situación, no dudes en buscar el apoyo que necesitas para transformar tu vida.

¡Si este artículo te ha resonado y te ha dejado pensando en tus propias dinámicas familiares, no dudes en contactarme!

Estoy aquí para apoyarte en tu proceso de transformación personal y en la exploración de tus propios secretos familiares.

Juntos podemos trabajar en liberar tus cargas emocionales y sanar heridas del pasado para vivir una vida más plena y auténtica.

Escríbeme y empecemos a trabajar juntos.

¡Estoy ansioso por ayudarte en tu viaje de crecimiento personal!

Oscar “Cuéntalo Todo” Valbuena – Osabuena

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